Fundada en 1784 y destinada al comercio pesquero, la ciudad de Manzanillo, con sus edificios neomoriscos puede no ser la ciudad más bella, pero definitivamente tiene un encanto que atrapa y promete regalarle más de un amigo.

En esta ciudad reina un ambiente muy musical, gracias a los órganos callejeros, los cuales fueron traídos desde Francia en el siglo XX y aún inundan sus calles, especialmente durante los festivales de la nueva trova. Uno de los hijos de esta ciudad más recordado es precisamente el cantautor Carlos Puebla, quien entonara muchas melodías a favor de la Revolución Cubana y goza el privilegio de tener una estatua, justo en su céntrico Parque Céspedes.

Bellos murales con cerámicas adornan la calle Caridad, para conducir al monumento de otra de sus personalidades favoritas, la flor de la Revolución Celia Sánchez Manduley.
Otro de los sitios emblemáticos muy visitado, es el Museo Histórico del antiguo ingenio La Demajagua, lugar donde Carlos Manuel de Céspedes liberó a sus esclavos y dio inicio a la lucha independentista de Cuba.

Gran interés despierta entre los visitantes el criadero de cocodrilos, ubicado al sur de la ciudad, muy cerca del famoso río Cauto.